ESTE CUERPO ES MIO

ESTE CUERPO ES MIO

 Naomi Wolf, en su libro "The Beauty Myth" dice que las mujeres tenemos muy poca privacía física ya que cada cambio y fluctuación es públicamente observado, juzgado y discutido. 
A esto le añadiría: sobre todo cuando tienes sobre peso.  Aparte que esta falta de privacía no es exclusiva de las mujeres.  Pareciera que si nuestro cuerpo no cumple con los requerimientos impuestos por la forma y la talla pasa a ser del dominio público.  Los comentarios más socorridos pueden ser:  "¡Qué bien te verías con unos kilos menos!"  "Es una lástima que con tu cara tan bonita"  (En otras palabras mi cuerpo esta echando a perder mi cara).  Hay uno que me encanta y es:  "No sé si te has dado cuenta, pero has engordado".  A ese me dan ganas de contestar:  "¡Ah!  será por eso que mi ropa no me cierra".  ¡Gracias, por fin resolví el misterio!   

No es necesario que nadie nos diga cuál es el estado de nuestro cuerpo, lo sabemos:  lo cargamos todos los días, los sentimos.   Este tipo de comentarios más que ayudarnos a "hacer algo al respecto" nos hacen avergonzarnos.  La vergüenza es un sentimiento que nos dice que no somos dignos, que estamos mal, y no podemos hacer nada al respecto, nos hace sentir dañados e impotentes.  La vergüenza no genera responsabilidad ni acción, lo que genera es aislamiento y más vergüenza.   Nos dejamos de ver en el espejo, ocultamos nuestros cuerpos bajo toneladas de tela, comemos a escondidas y nos resentimos cada vez más:  con nosotros mismos por no poder hacer nada al respecto y con los demás porque nos lo recuerdan.  

Recientemente hubo una campaña contra la obesidad en Georgia, EUA.  En la cual le pedía a las personas que tomaran acción en contra de las personas obesas "recordándole que estaban gordos y que estaban dañando su salud".  La campaña fue cancelada ya que lo único que genero fue discriminación, segregación y violencia contra las personas obesas, en especial contra los niños obesos ya que éste era el foco principal de la compaña.  http://www.care2.com/causes/georgias-fat-shaming-child-obesity-billboards-coming-down.html

Nadie es dueño de nuestros cuerpos más que nosotros mismos y si hacemos cambios por complacer a los demás, estamos entregando nuestro cuerpo, deja de ser de nuestra propiedad.  Cada vez nos alejamos más de nuestros cuerpos y de nuestra sabiduría, en el empeño de satisfacer estándares ajenos de belleza y juventud.  Nos sometemos a dietas de hambre, lo cortamos, le introducimos toxinas paralizantes o prótesis sintéticas para que nuestro cuerpo siga siendo aceptado, querido, admirado.  Borramos su historia, sus líneas, su relación con la gravedad y con la Tierra.  Lo dejamos de ver como es para imaginarnos como no es y poco a poco vamos perdiendo el contacto con él en pos de un cuerpo ideal al que nunca vamos a llegar por
que es imposible ser perfecto y es imposible ser joven por siempre. 

Quédate viendo al espejo por un momento, ve lo que sí tienes, ve que este cuerpo es tuyo y de nadie más.  Nadie tiene derecho sobre él más que tú.  Este es tu vehículo, tu casa, es en donde habitas.  Tu cuerpo, si te quedas en él tiempo suficiente, te va a decir qué necesita, que requiere tanto emocional como físicamente y puede ser que si abres los ojos y el corazón su belleza se vaya revelando ante tus ojos y se rebele a las comparaciones "fotoshopeadas" de modelos de revista, a los estereotipos y a los estándares ajenos.  Puedes  descubrir como lo hizo Milan Kundera que "la belleza es un mundo traicionado.  Sólo podemos encontrarla cuando sus perseguidores la han dejado olvidada por error en algún sitio".


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