Como se lleva un lunar o reclamar nuestro derecho a la infelicidad

Como se lleva un lunar, muchos podemos una mancha llevar.
En este mundo tan profano, quien muere limpio, no ha sido humano.
                                              - Alvaro Carrillo.






Imagen:  dirty por wing_mandy

¿Qué perseguimos todos los días? ¿Cuál es el propósito de todo lo que hacemos?   Para muchos esta respuesta es obvia y simple:  "ser feliz", lo que suena muy bien, pero… ¿en qué consiste esta felicidad?

Se habla de alcanzar la felicidad,  así la felicidad es un algo fuera de nosotros al que se aspira llegar y según nos dicen, se llega ahí de distintas maneras: encontrando la pareja ideal; el éxito profesional y económico;  formando una familia o bien, teniendo la apariencia o el cuerpo perfecto (lo que sea que esto signifique). 

Muchos vivimos pensando que si logramos alguna de estas cosas, todo cambiará y "seremos felices para siempre". 
           
Esta idea de la felicidad como algo condicionado e inmaculado en donde es nuestra obligación estar todo el tiempo,  a mí la verdad me causa desconfianza, por no decir que me repatea.

Por otra, parte si la felicidad sólo se consigue a través de ciertas condiciones que involucran un gran esfuerzo y sacrificio de nuestra parte, la sola idea de lograrla deja de ser tan atractiva por efímera y volátil. 

Según estos razonamientos la felicidad es para muy pocos y no todos pueden conseguirla.  

Este razonamiento surge del pensamiento práctico – utilitario, que hace énfasis en el resultado, lo visible, lo medible y se deja de ver el proceso, el camino descartando la vivencia y la experiencia como factores sin importancia.  Alan Watts decía que ver el camino como un simple trámite es como comerse únicamente los dos extremos de un plátano desechando todo lo demás de la fruta por inservible, lo cual no resultaría para nada satisfactorio.  Así nos pasamos transitando de logro en logro, de resultado en resultado, sintiéndonos vacíos y hastiados en el inter.

¿Cómo volvemos a encontrar el gozo del camino?

Administrar una casa de huéspedes

Esto de ser un ser humano
es como administrar una casa de huéspedes.
Cada día una nueva visita, una alegría, una tristeza,
una decepción, una maldad,
alguna felicidad momentánea

que llega como un visitante inesperado.
Dales la bienvenida y acógelos a todos ellos,
incluso si son un grupo penoso
que desvalija completamente tu casa.
Trata a cada huésped honorablemente pues
podría estar haciendo espacio para una nueva delicia.
El pensamiento oscuro, lo vergonzante, lo malvado,
recíbelos en tu puerta sonriendo e invítalos a entrar.
Agradece a todos los que vengan
pues se puede decir de ellos que han sido enviados

como guías del más allá.
                                                           - Rumi


La aceptación tiene que ver con abrirse, con dejarse impactar con lo que hay, sin juicios ni expectativas

Cuando aceptamos lo que hay podemos experimentar el viaje con todas sus peripecias.   Implica ver el presente tal cual es y estar en cada momento aun y cuando no sea placentero o de nuestro entero gusto. 

La aceptación suena muy amenazante para muchos, pues sienten que al relajarse se derrotan, pero no es lo mismo.   En la aceptación, seguimos viendo el objetivo pero con una mirada abierta, no sólo fija en el final, sino permeable a lo que encontramos en el presente.   Se pierde la prisa y se es consciente de cada paso.  

Thich Naht Hahn dice que si nos detenemos el tiempo suficiente en cualquier objeto, situación o momento, un universo se abre ante nosotros.  Así si ponemos atención y vemos con aceptación al momento presente, ante nosotros se abre un abanico de posibilidades: formas, colores, sabores, contacto.  Encontramos lo nuevo en lo cotidiano y miramos con ojos nuevos lo ya conocido, incluso las experiencias que calificamos como negativas se tiñen de un matiz distinto cuando las abrazamos con aceptación en vez de luchar en contra de ellas.  

Reclamar nuestro derecho a ser infeliz

“Aquí preferimos las cosas así," respondió el Controlador. " Preferimos hacer las cosas cómodamente."
"Yo no", repuso el Salvaje. "Yo no quiero comodidad. Yo quiero a Dios, Quiero poesía. Quiero peligro. Quiero libertad. Quiero poder escoger entre la bondad y el pecado."
"De hecho," dijo Mustafá Mond, "estás reclamando tu derecho a ser infeliz."
"Sí" respondió el Salvaje con enojo. "Estoy reclamando el derecho de ser infeliz."
"Estás reclamando el derecho de volverte viejo 
y feo. El derecho de enfermarte. El derecho de no tener suficiente para comer. El derecho de vivir con miedo a lo que pueda pasar mañana. El derecho de sufrir dolor."
Hubo un largo silencio.
"Reclamo todas esas cosas," dijo el Salvaje por fin.
Mustafá Mond lo miró con tristeza. "Puedes tenerlas" le dijo.

- Huxley A., Un mundo feliz
Imagen: Some people are never just happy! por Craig Sunter.  

La felicidad se vende como el estado en donde no hay problemas, percances, accidentes, situaciones dolorosas, enfermedades, etc. Lo que limita su alcance, pues estos son aspectos imposibles de erradicar de nuestra vida, aun y cuando nos hagamos la ilusión de "prevenirlos".  

Así, tenemos programas de prevención para todo lo imaginable. "Más vale prevenir que lamentar" oímos en todas partes. Lo que reside detrás de esta obsesión por la prevención es un profundo temor.   Este miedo flotante acaba creando atmósferas desvitalizadas, restrictivas y estresantes, por ende agresivas lo que crea un efecto paradójico.

Un ejemplo de esto son  los programas anti- obesidad que se han aplicado en Estados Unidos que lejos de lograr sus objetivos,  han creado un ambiente gordo - fóbico promotor de conductas alimenticias conducentes a TCA (University of Michigan Health System, 2012) (Pinhas, McVey, Walker, Norris, & Collier, 2013) 

El efecto paradójico “miedo llama peligro”.

Para nada estoy invitando la imprudencia ni la falta de planeación que sería el otro extremo, pero creo que la previsión se ha convertido en un deseo de control basado en un miedo atroz. 

Me parece conveniente aclarar que yo soy ultra miedosa y que soy una de estas personas previsoras - controladoras, sobre todo en lo que respecta a mis hijos: cuando eran más niños cada vez que llegaban a una fiesta infantil yo escaneaba la zona en busca de riesgos; si  se subían a un inflable, pasamanos, etc.  estaba yo abajo o a muy poca distancia elaborando estrategias de contingencia.  Nunca salgo sin un botiquín y pienso en todo lo malo que pueda suceder antes de salir de viaje.  

Este afán por controlar que nada malo pase, más que darme tranquilidad me ha robado varias oportunidades de disfrutar y de lo único que me ha salvado es de experimentar esos momentos con mayor plenitud. Cuando tengo miedo me vuelvo histérica y regañona, por lo que le amargo el momento a los presentes y trasmito la creencia de que vivimos en un mundo peligroso. 

Todo lo terrible que me imaginé que iba a suceder, nunca sucedió y lo que sucedió fue completamente imprevisto y no había forma de controlarlo, porque así es la vida, nos sorprende con lo que menos esperábamos.  

La vida no es controlable (dicho de otra forma, la prevención no existe)

Hace poco asistí a una conferencia del Dr.  Giorgio Nardone (2016), fundador de la Terapia Breve Estratégica,  y uno de los asistentes le preguntó cómo se podía usar su técnica para un programa de prevención.  Su respuesta fue contundente y desconcertante para los asistentes: "La prevención no funciona". 

Posteriormente explicó que él había participado en varios programas de prevención de Trastornos de la Conducta Alimentaria en escuelas y que después al hacer un seguimiento de su efectividad, se registró un incremento de conductas y prácticas relacionadas con este tipo de trastornos, justo en las poblaciones que habían recibido el programa de prevención, en comparación con aquellos grupos en los que no se había impartido.  - "Se crea un problema en donde no había" - enfatizó.  Por último bromeo al decir: -"Si eres un psicoterapeuta y quieres tener pacientes, ve y da una plática de prevención sobre cualquier problema, posteriormente regresa y seguramente vas a tener a muchas personas ya con ese problema".  Toda la audiencia rió ante esta observación, pero su aseveración retrata muy bien lo que sucede con esta obsesión por la prevención.



"El obstáculo es el camino" - Proverbio Zen.

La enfermedad, los errores, los tropiezos, los accidentes y la muerte son parte de la vida y también parte de la felicidad.  Es a partir de éstos que experimentamos toda la gama de emociones con la que estamos equipados, gracias a ellas nos vinculamos con otros y nos enriquecemos.

Nadie nos vamos de esta vida impolutos, bien lo dice la estrofa de la canción del Alvaro Carrillo con la que comencé este artículo.  Tenemos dos maneras de enfrentarnos a esto:

1) Verlo como obstáculo, lo que necesariamente nos lleva a lamentarnos, volvernos víctimas, buscar culpables, paralizarnos, entrar en modo de lucha y alerta.  Corporalmente nos contraemos y nos desensibilizamos y /o nos depletamos de energía (aparte de que le amargamos la vida a todos los demás)

2) Verlo como un camino o una oportunidad de aprendizaje.  Para verlo de esta manera es necesario abrirnos, dejar los juicios de lado para ver la situación con perspectiva y curiosidad.  Aquí la aceptación juega un rol preponderante. Darnos cuenta que la situación es como es.   Probablemente vamos a sentir muchas emociones desagradables y difíciles, y toca abrirse a ellas y entregarse a ellas con la misma apertura que nos entregamos a las agradables, pues el único camino para salir del bosque es a través de éste.

Seguramente te ha tocado vivir situaciones difíciles: duelos, pérdidas, accidentes, enfermedades, adicciones, etc.  ¿Recuerdas cómo te enfrentaste a ellas?  ¿Cómo las atravesaste? ¿Qué recursos te ayudaron?  y la última pregunta...

¿Si fueras capaz de borrar estas situaciones de tu vida lo harías?


Trabajos citados

Nardone, G. (2016, Febrero 20). Como curar con las palabras. El arte de la reestructuración y la sugestión [conferencia]. México, D.F.

Pinhas, L., McVey, G., Walker, K. S., Norris, M., & Collier, S. (2013). Trading Health for a Healthy Weight: The Uncharted Side of Healthy Weights Initiatives . Eating Disorders: The Journal of Treatment & Prevention, 21(2). DOI: 10.1080/10640266.2013.761082. Retrieved from Eating Disorders: The Journal of Treatment & Prevention: http://www.tandfonline.com/doi/abs/10.1080/10640266.2013.761082


University of Michigan Health System. (2012, Enero 27). School obesity programs may promote worrisome eating behaviors and physical activity in kids. ScienceDaily. Retrieved September 3, 2013, from http://www.sciencedaily.com­ /releases/2012/01/120124151. Science Daily.

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