¡Sáquenme de aquí! Cómo sobrevivir las SDLF
La vida es así, no hay como
hacerle. En algún momento vamos a estar
en una situación displacentera. Este
tipo de situaciones varían en duración e intensidad, van desde la fila del
banco, los trámites engorrosos, el tráfico, hasta la enfermedad, el duelo y la crisis.
Para empezar, describiré estas
situaciones a las que llamaré Situaciones de la Fregada (SDLF).
Þ Van
desde la incomodidad, la molestia hasta el dolor profundo. Desde la flojera hasta el miedo atroz a pasar
por ellas.
Þ Son
inevitables o son necesarias para conseguir un bien mayor .
Þ Si
hay algún tipo de escape o supresión, el costo es mayor.
Þ Queremos
evitarlas o pasarlas lo más rápido posible.
Þ Nos
referimos a ellas como pérdidas de tiempo, vacíos, hoyos o baches.
Huir de lo doloroso o
incómodo es un instinto que nos permite sobrevivir, por eso intentamos salir
corriendo de las SDLF y pensamos que el estar ahí no es parte de la vida; que el estar triste, confundido,
frustrado, con baja energía, no es vivir... Lamentablemente, en la vida no hay planes preferentes, no puedes
escoger el plan sin rupturas, duelos, sin tráfico, sin obstáculos. Estos
momentos son parte del tejido de la vida y de hecho, es en estos períodos donde
muchos encuentran el sentido de la vida, pues nos quitan del automático,
sacándonos de la zona de confort y dándonos la oportunidad de explorar otras
posibilidades y territorios.
Cuando
estés en una SDLF:
1. Respira
y baja el ritmo: Si la situación es peligrosa y hay manera de escapar ¡hazlo!,
pero si no hay de otra, bájale a la prisa y a la desesperación. Adecúa tu ritmo para ubicarte en el aquí y el
ahora. La mejor manera de hacer esto es poniendo
atención a tu respiración.
2. Atención
con curiosidad: Esta habilidad
nos permite abrirnos a lo que sí hay en este momento sin esperar.
¿Cómo
se siente en mi cuerpo?, ¿cómo respondo?, ¿qué necesito?, ¿qué y quiénes me
rodean?, ¿cómo me apoyan y me apoyo?, ¿qué perciben mis sentidos en esta
situación?, ¿qué juicios y evaluaciones hago?, ¿hay otra manera de verlo?, ¿qué
estoy perdiendo y obteniendo?, ¿qué más hay aquí aparte de lo evidente?
3. Resiste la
tentación de transformar a positivo: No trates de endulzar la píldora, ni de
suprimir lo negativo. El modo "solución" frustra y contrae. Esta SDLF no se siente bien. Acepta eso.
3.
Suspender los juicios: Los juicios son evaluaciones que categorizan
la situación de acuerdo a un esquema de valor. Llevan las palabras "mejor",
"peor", "bueno", "malo", "debería", "no
debería". Esto no es bueno ni malo,
no es mejor o peor, simplemente es como
es.
4. Entrégate a la experiencia: Vívelo, siéntelo, no luches, no te resistas,
no quieras cambiarlo. Lo paradójico es que cuando vivimos la experiencia sin
resistencia, el dolor y el displacer se transforman. Nos abren a una nueva dimensión que no es
positiva ni negativa, se llama presencia
y tiene el sabor de estar vivo.
5.
Sé amable: Con tu parte desesperada, con la enojada, con
la que emite juicios. Trátate con cariño y paciencia, como tratarías a un amigo
que la está pasando mal.
6.
Practica: Empieza
con las menos difíciles: fila en la tienda; y ve escalando la dificultad: trabajar en sábado, discusión con tu pareja, etc.
7.
Apoyo:
Si la SDLF es grave, como en el caso de una pérdida importante, rodéate de
personas que puedan sostenerte y contenerte:
familia, amigos, terapeuta. Transitar
estas situaciones es difícil. No lo
hagas solo.
Te deseo consciencia y presencia en
tu siguiente SDLF.
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